Si tu negocio te roba 60 horas a la semana, pero sientes que no avanzas, esto es para ti.
Humberto Inciarte
Esposo, padre y Arquitecto del Tiempo
Esa carga mental de levantarte pensando en pendientes y acostarte con la cabeza dando vueltas. La frustración de trabajar sin parar mientras el negocio te consume. La culpa de ver a tu familia cenar mientras tú sigues pegado a la laptop.
No estás solo en esto. Y no es tu culpa.
Soy Humberto Inciarte. Esposo de Caro desde hace 25 años y padre de Sebastián y Fabián.
Hace apenas unos años, yo era como tú: un emprendedor "exitoso" con una jornada de 65 horas semanales. Ganaba bien en el papel, pero estaba completamente agotado y desconectado de mi vida.
Empecé mi primer negocio a los 16. Desde entonces, he sido importador, vendedor en Mercadolibre y marketer digital. Siempre supe que ganaría dinero (de niño llegué a sembrar billetes en el jardín, esperando que crecieran... perdón, mamá).
En 2016, mi agencia funcionaba... pero yo no vivía
Mi servicio no tenía un diferenciador claro, así que me tocaba competir por precio.
Intercambiaba horas por dinero, trabajando sin parar para ganar muy poco.
Más de 12 horas diarias entre aprender, buscar clientes y ejecutar.
Con el tiempo logré estabilizar el negocio. Creé un servicio único, dejé de competir por precio y reduje mi jornada a unas 30 horas semanales. Facturaba unos $5,000 USD al mes.
Y entonces, llegó el verdadero problema: el estancamiento.
"Papá, ¿por qué siempre estás trabajando?"
— Mi hijo, con 15 años
Me quedé helado. No supe qué responder. En ese instante comprendí que había construido una prisión dorada. Tenía un negocio, sí, pero el negocio me tenía a mí.
No disfrutaba lo que hacía. Había creado el negocio para ganar dinero, no porque me apasionara.
Algunos días eran miserables. Solo pensar en el trabajo me ponía de mal humor.
Hasta que, trabajando con un cliente, lo vi claro:
El problema no era yo. El problema era que mi negocio estaba diseñado para otro.
Durante los siguientes años me obsesioné con la neurociencia, los modelos de negocio y la ciencia de la felicidad. Porque desde adolescente mi único objetivo ha sido ser feliz. No mañana. HOY.
Y descubrí que ganar dinero no es lo más difícil. Lo difícil es no perder ese dinero... y no perderte a ti mismo en el proceso.
Así desarrollé un método con principios simples pero poderosos:
No necesitas trabajar más. Necesitas trabajar diferente.
No necesitas más herramientas. Necesitas un sistema.
No necesitas sacrificar tu vida por tu negocio. Necesitas diseñar tu negocio alrededor de tu vida.
Trabajo un máximo de 30 horas semanales.
Genero más ingresos que nunca.
Mi negocio funciona en gran parte sin mí.
Tengo tiempo y energía para mi familia (y ellos lo notan).
Y lo más importante: soy feliz.
No fue suerte. Fue un sistema. Una carta de ruta clara que ahora comparto contigo.
He tenido muchos negocios. Pero este proyecto —ayudarte a recuperar el control de tu vida— es diferente. Me sale del alma.
Y también sé que existe una salida.
No te prometo millones en días.
Un sistema probado para que liberes un mínimo de 10 horas semanales sin sacrificar tus ingresos. Para que recuperes el control, estés presente con tu familia y vuelvas a sentir orgullo por el negocio que creaste.
Es medible
Es real
Funciona
Porque tu negocio debe ser una herramienta para construir la vida que deseas, no la jaula que te aprisiona.
Si estás listo para dejar de ser el prisionero de tu propio éxito, hablemos.
Esa pregunta de mi hijo lo cambió todo. Hoy, cuando me preguntan a qué me dedico, mi familia responde con orgullo: "Papá ayuda a otros emprendedores a recuperar su vida". Y eso, para mí, vale más que cualquier cifra de facturación.